La factura del gas será cuatro veces más cara en los próximos 12 meses para los clientes del mercado libre
Si a usted le toca renovar su contrato anual de gas en breve, ya habrá recibido o recibirá una carta de su compañía en la que estima cuánto pagará en los próximos 12 meses. Pues léala sentado, porque viene un buen susto: este coste multiplicará por cuatro o incluso por cinco lo que ha pagado en el último año.
Una familia media que el año pasado pagó por el gas unos 1.500 euros en total (125 euros al mes de media) pasará a tener que afrontar un coste de más de 5.500 euros en los próximos 12 meses (entre 450 y 500 euros al mes). Como los recibos del gas dependen del consumo, son más abultados en los meses de frío, en los que la factura superará holgadamente los 1.000 euros.
Este coste se refiere a los clientes del mercado libre, es decir, donde cada compañía gasista hace sus ofertas y compite con las demás, y donde el cliente puede cambiarse de una a otra. En el mercado regulado, donde las tarifas se fijan por ley, el Gobierno ha impuesto un tope que sólo permite que el precio suba un 15% por trimestre.
Eso significa que, cuando acabe la vigencia de esta medida en marzo, estos clientes tendrán que afrontar una subida de golpe del 265% (si se mantienen los precios actuales del gas y no siguen subiendo), como informó OKDIARIO. Un hachazo que Pedro Sánchez podría repartir en varios meses, o incluso evitarlo si sigue prolongando este tope más allá de marzo. Pero, en ese caso, el déficit se seguiría incrementando y la subida posterior sería aún mayor.
Aplazar los pagos o tarifas planas
El sector justifica la subida de los nuevos contratos del mercado libre porque «estamos en un momento de precios máximos históricos en el mercado de gas mundial» y no es posible encontrar mejores precios para los clientes. Pero éstos están aterrados ante la que se les viene encima: «Yo no puedo permitirme pagar 500 euros al mes de gas, o 1.500 en invierno, y menos con lo que ha subido la cesta de la compra», comenta uno (caso real).
Las empresas gasistas son conscientes de este problema y, por eso, han puesto en marcha algunas medidas para tratar de aliviar esta carga a sus clientes. Así, algunas están ofreciendo repartir en varios meses los recibos de los meses invernales, es decir, pagarlos a plazos. Otra propuesta que están haciendo es establecer tarifas planas con las que el consumidor paga lo mismo todos los meses (al final de los 12 meses se ajusta el consumo real y la empresa devuelve el exceso cobrado, si el cliente ha consumido menos de lo pagado, o bien gira un recibo adicional si ha gastado más).
Pero, aunque estas medidas pueden aliviar un poco la carga, el coste a pagar en un año será el mismo. Y no hay solución para abaratar esa factura con la cotización del gas en torno a 200 euros el megawatio/hora en el mercado europeo.